domingo, 4 de abril de 2021

La Última Tentación de Cristo: el pecado hecho película


Aprovechando el fin de la semana santa, creo que ha llegado la hora de hablar sobre una de mis películas favoritas de todos los tiempos: La última tentación de Cristo, brillantemente dirigida por Martin Scorsese. Decir que esta pieza de historia audiovisual fue controversial en su estreno, sería quedarnos cortos. La película generó un menú de reacciones bastante variopinto, como para elegir: tuvimos ataques terroristas, protestas, censura, amenazas de muerte, etc. ¿La razón? una ficción bíblica que representaba la cara más humana de Jesús, un perfil mucho más conflictuado, perturbado y temeroso. A pesar de que la película nunca tuvo la intención de ser tomada como verídica, el clamor religioso no pudo soportar la desfiguración moral que le habían hecho al hijo de Dios, por lo que decidieron responder con amor y respeto, tal y como demanda Jesús en-- ¿ah? ¿perdón? ¿Cómo que quemaron un cine con gente adentro? bueno, creo que lo primero que tenemos que hacer es explorar a mayor profundidad el origen de la controversia, ¿empezamos? (haré spoilers superficiales para que se hagan una idea de la trama, pero nada que les llegue a arruinar la experiencia, en caso no la hayan visto todavía).

La película es una adaptación bastante fiel de la novela homónima de 1955, escrita por Nikos Kazantzakis. El texto en sí mismo fue controversial en su momento, llevando a la iglesia católica a agregarlo al "Index Librorum Prohibitorum", una lista de obras heréticas. Tanto la novela como la película exploran el mismo concepto: cada persona, incluido Jesús, es mala por naturaleza, buena, violenta o amorosa. Un individuo psicológicamente sano no ignora el mal en su interior, sino que lo canaliza en servicio del bien. El título de la obra presenta la primera pista respecto a este conflicto moral, ¿Cuál es el significado de "la última tentación"? Pues Jesús, en esta ficción, es un hombre atormentado que no deja de oír "la voz de dios" en su cabeza, recordándole constantemente que debe morir para salvar a la humanidad. Debido a esto, Jesús busca que Dios "lo odie" para así escapar de su mortal destino, colaborando con los romanos en hacer cruces para crucificar judíos. Este Jesús siente una profunda atracción sexual hacia María Magdalena, le tiene miedo a la muerte y vive en una constante depresión. Su mayor sueño, o "su última tentación", es la de tener una vida normal.



La premisa de arriba es solo la punta del iceberg, de hecho ocurren muchas más cosas que deben ver por sí mismos y que me niego a spoilear (las partes más controversiales de la cinta surgen en la segunda mitad del filme). A todo esto, si desean ver la película en alta calidad y no la encuentran por ningún lado, déjenme un mensaje al Instagram o al Facebook del blog, y con mucho gusto se las compartiré.

Scorsese venía con una buena racha entre los 70's y 80's, con Taxi Driver, Toro Salvaje y El Rey de la Comedia ya en su historial, así que podrías llegar a pensar que el estudio le daría carta libre en su siguiente proyecto sin pensarlo dos veces, ¿verdad? pues no. Inicialmente Paramount accede a la producción de La última Tentación de Cristo con un presupuesto de 14 millones de dólares, pero poco a poco comenzaron a temerle más y más a esa cifra, además de a las críticas de la iglesia católica. Era cuestión de tiempo antes de que cancelaran el proyecto, y así pasó. Scorsese termina dirigiendo After Hours, y tres años más tarde (en 1986) Universal entra en escena, interesado, y accede a financiar la blasfema película. Aidan Quinn y el cantante Sting habían accedido a personificar a Jesús y a Pilato, respectivamente, pero a última hora decidieron renunciar, por lo que sus roles fueron a parar en manos del gran Willem Dafoe, y del único e inigualable David Bowie (te amo). Dafoe contaría en posteriores entrevistas que cuando su agente le habló del rol, se quedó perplejo, ya que no se veía a sí mismo como Jesús bajo ninguna circunstancia... hasta que leyó el guion y le quedó clarísimo porque lo habían buscado a él. Este no era un Jesús convencional.

El rodaje fue una pesadilla. Universal había accedido a producir la cinta con un presupuesto de 7 millones, la mitad del monto original, así que fue una grabación muy apresurada, con poco margen para el error y cargada de improvisaciones. Pero claro, estamos hablando de Martin fucking Scorsese, así que todo salió bastante bien al final del día. Lo que no salió tan bien fue el estreno, ya que a pesar de que la película fue alabada por la crítica (Scorsese incluso recibió una nominación a Mejor Director en los Oscars), la taquilla fue famélica, recaudando poco más de 8 millones de dólares.



Muchos grupos religiosos, fieles a la palabra del señor, comenzaron a amedrentar a Scorsese, enviándole amenazas de muerte. El hostigamiento fue tan intenso, que el director tuvo que andar con guardaespaldas durante algunos años. Además, varios grupos cristianos organizaron protestas y boicots de la película, antes y durante su estreno en salas. Una de las protestas más memorables, fue aquella que reunió a más de 600 manifestantes en la sede de la entonces empresa matriz de Universal Studios, MCA, donde uno de los manifestantes se disfrazó de Lew Wasserman (presidente de la compañía) y fingió clavar a Jesús en una cruz de madera. Y aunque parezca broma, todo este cúmulo de quejas funcionó, puesto que muchos cines decidieron no estrenar la película. Incluso, varios países la censuraron o la prohibieron. Hasta el día de hoy, "La última Tentación de Cristo" sigue estando prohibida en Filipinas y Singapur. De cualquier manera, el mayor desastre de oposición a la cinta de Scorsese fue...

El ataque al cine Saint-Michel:

El 22 de octubre de 1988, un grupo católico integrista prendió fuego al cine Saint Michel de París durante la proyección de la película (sí, durante), pero en una sala distinta. Habían colocado un dispositivo incendiario debajo de un asiento en la sala subterránea menos supervisada, donde se estaba proyectando una película diferente. El dispositivo consistía en una carga de clorato de potasio, activada por un vial que contenía ácido sulfúrico. El ataque hirió a trece personas, cuatro de las cuales sufrieron quemaduras graves. El cine pudo reabrir recién tres años después, debido a que el proceso de restauración fue extenso y complicado. El arzobispo de París, Jean-Marie Lustiger, había condenado previamente la película, pero también condenó el ataque, calificando a los terroristas (no hay otra forma de llamarlos) de "enemigos de Cristo."

Eventualmente se culparía del ataque a un grupo fundamentalista cristiano vinculado a Bernard Antony, un representante del Frente Nacional (NF) de extrema derecha en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, y a los seguidores excomulgados del arzobispo Marcel Lefebvre. Otros ataques contra los cines incluyeron grafitis, detonar bombas de gas lacrimógeno y fétidas, y agredir a los espectadores. Fueron arrestadas al menos nueve personas que se cree que eran miembros del grupo fundamentalista cristiano. Cinco militantes de un grupo denominado "Alianza general contra el racismo y por el respeto de la identidad francesa y cristiana" (el nombre acaba siendo un chiste mal contado luego de ver todo lo que hicieron) recibieron penas de prisión condicional de entre 15 y 36 meses, así como una multa de 450.000 francos por daños y perjuicios.




Martín Scorsese siempre ha mostrado una fascinación por el tema de la fe, otro claro ejemplo de esto es la película que hizo en 2016, titulada Silence (con Andrew Garfield, Liam Neeson y Adam Driver), película que recomiendo furiosamente, y que es mucho menos controversial que la cinta de la cual estamos hablando el día de hoy. En ambas cintas, notamos el cuestionamiento de la fe, y el como esta no llega naturalmente a uno, sino que debe ser encontrada. Es por esto que adoro el final de "La Última Tentación de Cristo", porque a pesar del camino poco ortodoxo que hace recorrer al personaje de Jesús, finalmente termina haciéndole cierta justicia a la verdadera esencia del personaje. Al humanizarlo y hacerlo sentir como uno más de nosotros, podemos permitirnos empatizar con él y, al final, respetarlo por la forma en la que termina confrontando a sus demonios. Si ya viste la película, escríbeme un mensaje y podemos conversar al respecto durante horas. Si aún no estás seguro de hacerlo, solo diré que: una película que genera tanto caos en un sector conservador tan amplio de la población, algo interesante ha de tener ¿verdad?

Finalmente, si buscas otras razones para ver esta película además de su historia controversial, pues ahí tienes a los protagonistas: Willem Dafoe, Harvey Keitel y Barbara Hershey, además de Martin Scorsese en la silla del director, ¿pa' que más? y solo para cerrar... como podrán haber notado por algunas de mis expresiones en esta nota, no soy la persona más religiosa del mundo, y aunque lo fuese, creo que mantendría mi actual postura en lo que respecta al trabajo de ficción: este no puede ser limitado por ideologías, sobre todo cuando tienen un carácter crítico que no clama ser tomado como una verdad absoluta, sino como un análisis. Quizá el tópico de los límites del arte podría funcionar para una nota aparte, ¿te interesaría? mientras lo piensas, dale play y mira esta obra maestra.


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