martes, 15 de septiembre de 2020

Satoshi Kon: trascendiendo la muerte



"Cómo podría olvidar el 18 de mayo de este año. Recibí el siguiente diagnóstico de un cardiólogo en el hospital de la Cruz Roja de Musashino: 'Es la última etapa del cáncer de páncreas. La metástasis llegó a muchos huesos. Le queda, a lo mucho, medio año de vida.' Mi esposa y yo escuchamos juntos. Era un destino tan inesperado e inaceptable que los dos apenas pudimos soportarlo. [...] Dos o tres meses antes de eso tuve fuertes dolores en varias zonas de la espalda y en las articulaciones de mis piernas; perdí fuerza en mi pierna derecha y me costaba trabajo caminar, comencé a ir con un acupunturista y con un quiropráctico, pero nada mejoró. [...] Después del diagnóstico, mi esposa y yo investigamos cómo podía prolongar mi vida. Era, literalmente, una situación de vida o muerte. Recibimos apoyo de amigos incondicionales y aliados poderosos. Rechacé los medicamentos anti cáncer, y traté de vivir con una perspectiva del mundo un poco diferente a la de la norma. El hecho de rechazar lo que supuestamente es normal, me parecía que era algo muy mío."

Hayao Miyazaki es a la animación, lo que Satoshi Kon es a la narrativa y la edición. Mucho se ha hablado de como el director influenció a realizadores como Christopher Nolan cuando hizo Inception (hay quienes van al extremo de decir que esta cinta es una copia de Paprika), o a Darren Aronofsky cuando hizo Requiem for a Dream y Black Swan. Poca sorpresa hay en que dos realizadores "cerebrales" sean quienes han declarado su amor por Kon de la manera más pura: referenciándolo en su propio arte. Kon en si mismo era un realizador cerebral, maquinando cada detalle psicológico de sus proyectos con ojo agudo. Si Nolan complica sus tramas con viajes en el tiempo o tres niveles de sueño, Kon lo hace lidiando de manera sublime con la dualidad: vida privada y vida pública (Perfect Blue), realidad y sueños (Paprika), verdades y mentiras (Paranoia Agent), y vida en pantallas y fuera de ellas (Millenium Actress). Extrañamente, mi primera aproximación a su trabajo no ocurrió con ninguno de los proyectos que acabo de mencionar, sino con dos joyas que llegaron a mi por obra y gracia del dios del cable: Memories y Tokyo Godfathers. Mi yo de 13 años no sabía como sentirse.




"Una de las cosas que hice fue, con la cooperación de dos amigos en los que podía confiar, armar una compañía para que se encargara de cosas como el insignificante número de obras con derechos de autor que poseo. Otra cosa que hice fue asegurarme de que mi esposa recibiera las modestas pertenencias que tengo al escribir un testamento. Desde luego, no creo que alguien peleara por mi legado ni nada de eso, pero quería estar seguro de que mi esposa, quien permaneció a mi lado en este mundo, no tuviera nada de qué preocuparse. [...] Después, cuando me dio neumonía y estaba a las puertas de la muerte, puse mi firma final en el testamento, y pensé que si moría justo en ese momento ya nada se podía hacer para evitarlo. 'Ah... puedo morir al fin.' [...] Los resultados de esos exámenes: neumonía, agua en mi pecho y, cuando le pregunté directamente al doctor, la respuesta que recibí fue muy seca, y de alguna manera se lo agradecí: 'Usted va a vivir uno o dos días más... y si llegara a salvarse de ésta, probablemente no vivirá más allá de fin de mes.' Mientras escuchaba, pensé, 'es como si me estuviera dando el pronóstico del tiempo.' [...] Así que lo decidí ahí mismo: quiero morirme en mi casa."

Animax me llevó mucha alegría en su momento. Me mostró Bleach y Crayon Shin Chan, por nombrar algunos, convirtiéndose en un portal a un "mundo anime" que hasta ese entonces me era bastante ajeno. De esta misma forma y casi por casualidad, me presentó también Tokyo Godfathers, la tercera cinta de Satoshi Kon y la más extraña de su filmografía al no ser... extraña, precisamente. Es un cuento navideño moderno bastante lineal y con mucho humor. La cinta nos muestra a tres vagabundos que encuentran un bebé en vísperas de navidad, y nos hace seguir su odisea mientras intentan hallar a la verdadera madre. Fin. Un análisis sobre las casualidades y sobre como estas pueden afectar el desarrollo de nuestras vidas, lo queramos o no, y también sobre la importancia de la familia, la que nos viene prestablecida y la que elegimos. Hasta el día de hoy, una de las mejores películas navideñas que he visto. Sin embargo, la cinta que realmente me voló el cerebro, fue otra...




Memories es una jodida maravilla del anime que, escandalosamente, no muchos han visto. Si ves el afiche de la cinta, notarás que dice Katsuhiro Otomo en el encabezado, ¿Quién es? pues nada más y nada menos, que el creador del manga de Akira (y también el director de su aclamada adaptación). Lo que no es, es el director/guionista de la totalidad de Memories. Su nombre sale en el encabezado porque es el productor ejecutivo y porque Memories se compone de tres historias basadas en tres de sus mangas cortos. Otomo escribió y dirigió Cannon Fodder, la experiencia más peculiar de las tres, hasta el punto de llegar a ser documentalista observacional (el tipo venía de dirigir Akira, así que podía hacer cualquier cosa). Luego tenemos Stink Bomb, escrito -de nuevo- por Otomo, pero dirigido esta vez por Tensai Okamura, en su debut en el cargo (posteriormente dirigiría Blue Exorcist, The Seven Deadly Sins y Kuromukuro). La historia más cómica de las tres, ciertamente, y brutalmente animada por el siempre prolífico: Madhouse. Finalmente, la tercera historia y la que apertura Memories, se titula: Magnetic Rose, mi favorita personal y uno de los proyectos que espero adaptar al cine cuando sea famoso (déjenme soñar). Dirigida por Kori Mojimoto (The Animatrix, Mind Game) y escrita por... adivinaron: Satoshi Kon. 

Antes de continuar, esta canción (Madame Butterfly) es bastante prominente en Magnetic Rose, reflejando perfectamente el espíritu de la cinta. En caso no la hayan escuchado, o por si quieren recordarla, pueden oírla aquí. Para entrar en ambiente.

"'No quiero morir aquí...' Mientras pensaba eso, algo se movió del calendario de la pared y comenzó a esparcirse por la habitación. 'Oh, no, una línea marchando fuera del calendario. Mis alucinaciones no eran del todo originales.' Tuve que sonreír ante el hecho de que mi instinto profesional seguía trabajando aún en momentos como este, pero de cualquier manera, estaba en un punto más cercano a la muerte de lo que había estado antes. [...] Sin embargo, logré superar la neumonía. Más o menos esto fue lo que pensé: '¡Ni siquiera soy bueno para morir! (me reí).' Ahora que mi fuerza vital se ha reestablecido, no podría desperdiciar mi tiempo. Me dije que me habían dado una vida extra y que tenía que usarla con cuidado. Así que pensé que quería borrar al menos una de las irresponsabilidades que había dejado en este mundo. Para ser honesto, sólo le dije lo del cáncer a las personas cercanas a mí. Ni siquiera le dije a mis padres. En particular, por varias complicaciones laborales, no podía decirle nada a la gente, aún si hubiera querido hacerlo. Quería anunciar mi cáncer en Internet y reportar lo de mi poco tiempo de vida, pero si la muerte de Satoshi se hubiera calendarizado, se habrían creado olas, aunque fueran pequeñas. Por esa razón actué de manera irresponsable con la gente. Estoy muy apenado."




Magnetic Rose es, singularmente, razón más que suficiente para que cualquier ser humano con dos ojos se siente a ver Memories. Es una historia terrorífica, emotiva, desgarradora y trágicamente hermosa. A mi corta edad, no apreciaba mucho el contenido audiovisual psicológico, no era lo mío (aún), pero aún así, Magnetic Rose logró calarme de manera muy profunda. El impacto visual de la arquitectura clásica mezclada con tecnología futurista, lo real que se sentían los protagonistas, la distorsión de la realidad que planteaban, la ya mencionada banda sonora -encabezada por Madame Butterfly-, etc. Esos 45 minutos son, hasta el día de hoy, una de mis películas favoritas de todos los tiempos (sin ser realmente una). Dios, lo que daría por experimentar ese final por primera vez de nuevo. Creo también que, independientemente de la impecable realización, el guión de Kon es realmente desde donde parte la maravilla. Un claro ejemplo de las fortalezas del director, quien aquí explora la condición humana y la asocia al terror de la soledad, expandiendo el material original y dándole tangibilidad al terror de los personajes frente a un inescapable final. Una bella y trágica alegoría a la muerte, quizás.

Satoshi Kon falleció a los 46 años, una edad criminal para partir. Y uno de sus proyectos que más me conectan con su partida, es justamente su fragmento en Memories. Creo que la historia de los personajes y su afán por volver a casa, es comparable al de alguien apunto de morir deseando quedarse, observando literalmente a la oscuridad y aferrándose a lo que este cerca para no caer en ella. Pero al final, cuando termina Magnetic Rose, cuando termina el caos... persiste un inexplicable sentimiento de tranquilidad. Tómenlo como quieran, un final bueno o malo, trágico o esperanzador. Yo me inclino hacia lo reconfortante. Que dentro de todo, no hay más caos, no hay más miedo, solo se está. Solo existimos. Magnetic Rose es extremadamente visceral, pero cuando termino de verla, me es imposible no sentirme aislado del mundo en una extraña calma. Una calma que Satoshi parecía entender bien...




"Entre más personas me querían ver, más difícil era para mí verlas. Qué ironía. Además, la parte inferior de mi cuerpo estaba paralizada por el cáncer que había invadido mis huesos, y estaba echado en mi cama; no quería que la gente viera mi cuerpo escuálido. Quería que la mayoría de la gente que conocí me recordara como el Satoshi que estaba lleno de vida. [...] Por favor, comprendan que éste fue un deseo egoísta de Satoshi. Es decir, Satoshi Kon fue 'esa clase de sujeto.' Cuando imagino sus rostros, sólo tengo buenos recuerdos de sus sonrisas. A todos, gracias por todos esos grandes recuerdos. Amé el mundo en el que viví. Sólo pensar en eso me hace feliz. Sin embargo, aunque pudiera liberarme de muchas de mis acciones irresponsables [eso de no decirle a la gente], no podía evitar arrepentirme de dos cosas. Sobre mis padres y sobre el fundador de Madhouse, el señor Maruyama. Aunque ya era tarde, no había otra opción más que revelar toda la verdad. [...] Tan pronto como vi el rostro del señor Maruyama cuando vino a verme a mi casa, no pude detener mis lágrimas ni mi vergüenza. 'Estoy muy apenado por terminar así...' El señor Maruyama no dijo nada, sólo negaba con la cabeza y apretaba mis manos. Estaba muy agradecido. Como una avalancha, llegaron a mí sentimientos de gratitud y regocijo por haber tenido la suerte de trabajar con esta persona. Tal vez sea egoísta, pero sentí como si hubiera sido perdonado en ese instante."

Los humanos somos imperfectos, una construcción de errores, miedos y a veces, maldad pura. Cada una de las obras de Satoshi Kon trata de descifrar un lado del rompecabezas de nuestra existencia, mostrando nuestra peor cara como especie, y obligándonos a enfrentarnos a ella. "Hay que cuestionar quienes somos para entendernos." Kon logra retratar la psicología destruida de sus personajes de manera magistral, poniendo a la audiencia en la cabeza de los protagonistas, y haciéndonos percibir el mundo como ellos lo están percibiendo, con todos los problemas que llevan encima, por lo que hay falsas realidades, alucinaciones, percepción del paso del tiempo desfasada, etc. (ejemplo perfecto, Perfect Blue) Satoshi no solo era increíble moldeando un guión sólido, sino también extendiendo el mensaje en lo técnico, en lo subjetivo de su apartado visual y el ritmo, dado por su edición.




Satoshi Kon era bien conocido por tener un ritmo de edición bastante acelerado, cargado de cortes de empalme que solo eran posibles en la animación. El mismo director dijo que se dedicaba a la animación en lugar del live-action, porque era la única forma en la cual podía editar a su estilo sin afectar la experiencia. Por ejemplo, si quieres cortar planos de menos de un segundo en un live-action, es extremadamente difícil, porque tienes demasiada información visual como para que tu ojo la asimile en tan poco tiempo. En animación es mucho más sencillo. Los elementos están tan definidos y pueden ser simplificados de tal manera, que tu ojo puede reconocer la acción a mayor velocidad, permitiendo cortar a otro plano de manera más rápida sin confundir. Directores que se las arreglan para hacer esto en live-action son pocos, siendo probablemente el más famoso Wes Anderson, quien lo logra con trampa, simplificando sus encuadres con colores de fondo vibrantes y un solo objeto frente a la cámara para que nuestro ojo puede detectarlo sin problemas. Esto es funcional, pero nos lleva a un tono cómico o infantil que dista de lo que Kon siempre quiso transmitir.

"No he estado ociosamente esperando a la muerte; incluso ahora estoy pensando con mi débil cerebro alguna forma de que mi trabajo siga vivo después de que me vaya. Pero son sólo ideas superficiales. Cuando le dije al señor Maruyama sobre mis preocupaciones acerca de 'La máquina que sueña', él sólo dijo, 'no te preocupes. Ya se nos ocurrirá algo, así que no te preocupes.' Lloré. Lloré incontrolablemente. Hasta con mis películas anteriores, había sido muy irresponsable con las producciones y los presupuestos, pero siempre tuve al señor Maruyama para que lo solucionara por mí al final. Esta vez no fue diferente. En realidad no he cambiado. Pude hablar abiertamente con el señor Maruyama. Gracias a esto fui capaz de sentir, al menos un poco, que los talentos y habilidades de Satoshi Kon tenían algo de valor en nuestra industria. 'Lamento perder tu talento. Ojalá pudieras dejárnoslo.' Si el señor Maruyama de Madhouse dice eso, puedo irme al otro mundo con un poco de orgullo, después de todo."




Satoshi Kon dejó un proyecto inconcluso tras su partida: Dream Machine. Cinta de la cual ni siquiera se conoce una sinopsis oficial. Toda la información que tenemos ha sido soltada por partes a través de los años, pero quizás el mensaje más claro sobre la trama vino del propio Kon, quien comentó en su momento que: "En la superficie, va a ser una aventura fantástica focalizada en audiencias más jóvenes. Sin embargo, para las personas que han visto nuestras películas hasta ahora, sepan que también podrán disfrutarlas. Será una aventura que incluso audiencias mayores podrán apreciar. No habrán humanos en la cinta, solo robots. Será como un viaje de carretera de robots."

Masao Maruyama, reveló que intento encontrar un reemplazo para Kon durante años, pero no podía hallar a alguien remotamente tan brillante como él. Además, sin importar que tan talentoso pudiese ser el otro realizador, al final se le estaría obligando a hacer una imitación del estilo de Kon, y eso no sería justo para nadie. Quizá lo mejor, comentaba, sería solo usar el concepto inicial de Dream Machine, y dejar que un director estampe su visión desde cero. Eso podría funcionar, pero de momento, no ha ocurrido. En agosto del 2018, ocho años después de la muerte de Kon, Maruyama declaró que la película no sería completada en el futuro próximo, dado que no encontraba al candidato correcto. Opinión: hay grandes directores trabajando actualmente en la industria, así que no creo que sea un tema de "si hay" o "no hay" alguien tan talentoso como Kon, sino también de disponibilidades. Tenemos a Miyazaki, por ejemplo, pero sabemos que el tipo jamás dirigiría un proyecto que no salga de su propia cabeza (o que sea realizado bajo la sombrilla de Ghibli). Mamoru Hosoda (Mirai, Summer Wars, Wolf Children, etc.) fue mencionado por Maruyama en algún momento también, y personalmente creo que sería la opción más acertada, pero de nuevo, ¿Qué director exitoso querría ponerse en esa situación? en la de ser comparado y pasar por el escrutinio público de reemplazar a alguien con un estilo tan particular. Es complicado, por decir lo menos.

Les dejo la canción "Dreaming Machine" de Susumu Hirasawa, que inspiró el titulo de la cinta, y que potencialmente hubiera sido el tema principal de la banda sonora oficial. Escúchala, aquí.










"Fue desgarrador decirle a mis padres. En verdad intenté ir a Sapporo, donde viven ellos, mientras podía, pero mi enfermedad empeoró tan irritante e inesperadamente rápido que terminé por llamarles por teléfono desde la habitación del hospital mientras estaba cerca de morir. 'Estoy en la última etapa del cáncer y moriré pronto. Fui muy feliz por haber nacido como su hijo. Gracias.' Debió ser devastador escuchar esto de repente, pero estaba seguro de que iba a morir en aquel momento. [...] Mis padres apoyaron mis deseos egoístas y llegaron desde Sapporo hasta mi casa al día siguiente. Nunca podré olvidar las primeras palabras que salieron de la boca de mi madre cuando me vio tumbado ahí. '¡Perdóname por no haberte traído a este mundo con un cuerpo más fuerte!' Me quedé mudo. Sólo pude pasar poco tiempo con mis padres, pero fue suficiente. Sentía que con ver sus rostros sería suficiente, y así fue. Gracias, padre, madre. Estoy tan feliz de haber nacido en este mundo como hijo de ustedes dos."

Satoshi Kon dirigió tres proyectos extras que no muchos conocen, o al menos, no muchos saben que los dirigió él. El primero es JoJo's Bizarre Adventure (1993), aunque solo el episodio 12. No hay mucho que aportar aquí más que es Jojo's y es divertido. Quizá una de las cosas que menos asociamos con Kon, habiendo visto sus trabajos posteriores, pero un proyecto que merece la pena recordar, sin duda. Luego tenemos la magistral serie Paranoia Agent, cuyo opening todavía me persigue por las noches (a veces para ponerme de buen humor, a veces para asustarme). Premisa: ¿Qué ocurre si, misteriosamente, decenas de personas comienzan a ser atacadas con un bate de baseball por un niño en patines? este abusador serial es desconocido y nadie sabe su verdadera identidad, así que habrá que descubrirla. No voy a decir más para no arruinarle la serie a nadie, pero claramente, al ser un trabajo de Kon, tiene giros de tuerca gratificantes que no te esperas desde el arranque.

El tercer proyecto es un cortometraje de un minuto, que dejaré abajo porque está en YouTube (no sé si legalmente o no, pero está). El corto fue parte de una colección, y se basa en la rutina matutina de una persona común y corriente. Esta vez, Kon no explora la psicología de la persona, sino las sensaciones y la percepción de la realidad. Un claro ejemplo de una de sus mayores destrezas: ponernos en la cabeza del protagonista . Ah, el corto se llama Good Morning. Disfrútenlo.




"Por último, a mi esposa, a quien más preocupo, pero quien ha sido mi apoyo hasta el final. Desde el momento del diagnóstico, nos hemos ahogado juntos en lágrimas tantas veces. Cada día fue brutal para ambos, física y mentalmente. Casi no hay palabras para describirlo. Pero la razón de por qué fui capaz de sobrevivir ante esos días difíciles fueron las palabras que me dijiste justo después de que recibimos la noticia. 'Me quedaré a tu lado hasta el final.' Fiel a esas palabras, como si dejaras mis preocupaciones en el polvo, hábilmente dirigiste las demandas y exigencias que llegaron a nosotros como una avalancha, y rápidamente aprendiste a cuidar de tu esposo. Me conmovió tanto ver cómo lidiabas con las cosas con tanta eficacia. 'Mi esposa es asombrosa.' [...] Aún después de mi muerte, pensaré que tú enviaste a Satoshi Kon al otro mundo con elegancia. Desde que nos casamos, estuve tan envuelto en el trabajo que fue hasta que me dio cáncer que pude pasar más tiempo en la casa; qué vergüenza. Pero te quedaste cerca de mí, siempre entendiste que necesitaba zambullirme en mi trabajo, que mi talento estaba ahí. Gracias."

Satoshi Kon era fan, cuando joven, de Acorazado Espacial Yamato, Conan, el niño del futuro, Heidi y Gundam. Siempre quiso ser animador y gracias a dios, lo logró. Su trabajo nos ha traído las mejores películas de anime de los últimos 20 años, y su arte, seguirá viviendo durante generaciones en las cintas que creó... y en las que inspiró. Su muerte fue una de las mas grandes pérdidas que la industria ha tenido, y fue algo tan repentino y prematuro, que nos cayó a todos como un baldazo de agua fría. Siempre consideré a Kon como una persona reservada, y es por eso que la existencia de esta "carta de despedida" que he intercalado con mis párrafos en esta nota, me tomó con la guardia baja. Hace unos cuantos meses desconocía totalmente de su existencia, y cuando la leí completa, no pude evitar terminar con lágrimas en el rostro. No es una carta melodramática, sino real, agridulce. Es la despedida de un tipo que te dice, casualmente, que se va a ir, y que tendremos que extrañarlo. Lo cual no hemos dejado de hacer. 




No me parece exagerado decir, con total convicción, que Satoshi Kon, con tan solo cuatro películas en su haber, no solo era uno de los mejores directores de anime japonés, sino también uno de los mejores directores vigentes, al margen de géneros y nacionalidades. Si opinas lo mismo o mantienes dudas, mira sus películas de nuevo, o descubre las que aún no te das el tiempo de ver. La mejor forma de rendir homenaje a un artista es contemplando su arte, que es, al final del día, una extensión de su alma. Gracias, Kon, por inspirar parte de mi ojo audiovisual, y por regalarnos tanto en tan poco tiempo. 

"Los sueños son tan sagrados, que no pueden ser controlados." - Paprika

"Y ésta es la última vez, desde que recibí el diagnóstico a mediados de mayo hasta hoy, en que he tenido la suerte de recibir la cooperación, ayuda y apoyo de dos amigos, tanto del trabajo como personales. Mi amigo T, quien ha sido un camarada desde la preparatoria y es miembro de KON'Stone Inc.; y el productor H. Les agradezco a ambos desde el fondo de mi corazón. Muchas, muchas gracias. Es difícil para mí con este insignificante vocabulario expresarles a ambos mi gratitud de manera adecuada. Mi esposa y yo hemos recibido tanto de ustedes. Si no hubieran estado con nosotros, estoy seguro de que estaría esperando la muerte mirando a mi esposa, sentada a mi lado, con mucha más angustia y preocupación. Estoy realmente en deuda. Y, si puedo pedir una cosa más, ¿podrían ayudarle a mi esposa a superar esto después de mi muerte? Podría tomar ese vuelo con mi mente tranquila si pudieran hacer eso por mí. Se los pido desde el fondo de mi corazón.

Así que, a todos los que leyeron este largo documento, gracias. Con mi corazón lleno de gratitud por todo lo bueno en el mundo, soltaré mi bolígrafo.

Ahora, con permiso. Tengo que adelantarme."

Satoshi Kon


Sigue a El Último Frame en redes sociales: FacebookInstagram y Twitter. Hay nuevo contenido todas las semanas. Me gusta leerlos, dense una vuelta por el blog, comenten y disfruten de viejas lecturas. Nos cruzamos en el siguiente post. Un abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario