miércoles, 24 de junio de 2020

Atlantis: La película de Disney que pudo revolucionar el estudio, ¿Porqué fracasó?



La historia de Disney es una maldita montaña rusa. Tras la muerte de Walt, el interés del estudio viró en dirección al live-action, poniendo menos esfuerzos en la animación tradicional y por ende, provocando una caída notoria en su calidad. Esto causó el primer traspié de aquellos tiempos oscuros: Don Bluth (Anastasia, Un Cuento Americano, etc.) deja el estudio junto a otros 11 animadores con el objetivo de revitalizar la animación que Disney había forjado en el pasado, fundando su propio estudio y convirtiéndose en la competencia de la compañía del ratón por varios años (esta historia de rivalidad la dejamos para otra entrada). En este tiempo se producirían cintas como Los Aristogatos, Robin Hood o Bernardo & Bianca, queridas por muchos ahora, pero en aquel entonces bastante criticadas. Este período termina con el ya conocido "Renacimiento de Disney", donde el éxito de La Sirenita inicia la moda de cintas "estilo ópera musical de Broadway", produciendo así algunos exitazos como El Rey León, Aladdin y La Bella y la Bestia. Esta etapa comenzaría a experimentar más adelante con nuevos estilos, pariendo cintas como Mulán, Pocahontas y Hércules, ignorando que la verdadera revolución aún estaba por llegar. Las cabezas de Disney tenían otras prioridades en aquel momento, por lo que -casi sin prestar mucha atención- dieron luz verde al nuevo proyecto de los directores de La Bella y la Bestia y El Jorobado de Notre Dame, comprobadísimos ambos. El nombre de esta aventura fue Atlantis: El Imperio Perdido, y todos apostaban a que iba a ser un golazo... ¿Qué pasó?

Como mencioné en el primer párrafo, los directores habían probado en el pasado que eran capaces de hacer éxitos, así que Don Hahn (productor), citó a las cabezas creativas de la última película que habían hecho: El Jorobado de Notre Dame, y así aparecieron para un almuerzo los directores Kirk Wise, Gary Trousdale, y el escritor Tab Murphy. Hahn procedería a motivarlos a que hagan algo nuevo lo antes posible, con su buena racha respaldándolos, podían tentar a la suerte e intentar financiar un proyecto original que los apasione. No paso mucho para que las ideas comenzarán a fluir.


Kirk Wise (izquierda) y Gary Trousdale (derecha)


Como todo en la historia de Hollywood: si algo funciona, lo haces hasta el hartazgo. Ahora lo vivimos con la moda de los superhéroes, universos compartidos, remakes, etc. Pero en ese entonces, eran los musicales tipo Broadway. Disney se había dado cuenta que había dado con una mina de oro, así que durante la última década no pararon de hacer ese tipo de cintas. Cansados de aquella fórmula, Wise, Trousdale, Murphy y Hahn (tras unas cuantas margaritas), proponen alejarse de la fantasía y hacer una película de aventuras sin precedentes, al menos en el género de animación. Al diablo los animales tiernos que venden merchandising, al diablo los cuentos de hadas y sobre todo, al diablo las canciones. Todos brindaron, ¡salud! y pusieron manos a la obra. Si Hollywood repite lo que funciona, esta película podría revolucionar el cine animado de la época, menos Blancanieves y mas Indiana Jones... pero primero había que ser un éxito.

Al poco tiempo el equipo acabaría eligiendo una historia de época. Lo clásico mezclado con elementos tecnológicos/futuristas. Se alinearon los astros y decidieron adaptar Viaje al Centro de la Tierra. Se desalinearon, y se dieron cuenta que en realidad no había mucho atractivo visual en el libro y volvieron al primer nivel. Esta suerte de prueba y error, los llevarían eventualmente a la historia de Atlantis. Dato no menor: poco antes, Joss Whedon (Buffy, la Cazavampiros) tuvo su paso por las oficinas de Disney, intentando desarrollar un proyecto animado musical (o sea, lo que nuestros amigos de Atlantis no querían hacer), y que te cuento que la historia que quería contar era sobre la misma ciudad subacuática. Al final Joss no logró realizar dicho proyecto, pero no se sientan mal por él, años después volvería para dirigir una pequeña película independiente llamada Avengers. "¿Y esto qué tiene que ver con la película de Wisey y Trousdale?" te preguntarás, pues resulta que para sorpresa de todos, el nombre de Joss Whedon apareció en los créditos de la película como co-autor, ¿porqué? un mero tema legal. Disney tenía el guión que Whedon había creado, y aunque este no fue usado en lo absoluto para la creación de Atlantis: el imperio perdido, ambos proyectos llevaban la palabra "Atlantis" en el título, así que Disney prefirió ahorrarse una batalla legal.




Cuando el equipo fue a presentar el proyecto a Eisner, CEO de Disney en aquel entonces, este les dio luz verde sin reparo alguno. El tipo estaba ocupado en una lucha por el control de la compañía con Roy Disney, el sobrino de Walt, y las otras cabezas del estudio tenían proyectos live-action que consumían gran parte de su tiempo, por lo que nadie se tomó la molestia (al inicio, al menos) de ser demasiado incisivos, dándoles carta libre para que hagan lo que se les de la gana. Eisner creía fervientemente en ellos, por su historial y quizá también por su pasión hacia ese tipo de proyectos aventureros, siendo él quien dio luz verde a Indiana Jones y Los Cazadores del Arca Perdida, cuando trabajaba en Paramount.

La posibilidad de trabajar en algo tan original para la época no ocurría todos los días, así que muchos otros talentos se unieron al equipo conforme la producción fue avanzando. Una pieza clave del desarrollo de la película, sería la suma de Mike Mignola, creador de los cómics de Hellboy. Inspirados por la labor de diseño de Gerald Scarfe en Hércules, se contacto a Mignola para darle una personalidad diferenciada a los personajes del filme, con trazos más duros y afilados. Una animación desafiante para una historia igual de desafiante, en palabras de John Sanford (Mulan), supervisor artístico de la película: "Este era el guión de animación más grande que había visto en mi vida... era masivo." Algo que era motivador pero a la vez peligroso, teniendo en cuenta que cuando mostraron los primeros dos actos de la película en formato storyboard, se dieron cuenta que aquello duraba más de dos horas. Los jefes y el equipo se preocuparon, era demasiado. Los tiempos a los que estaban acostumbrados rondaban la hora y media, máximo. No había forma de alcanzar las fechas establecidas de otra manera, ni siquiera explotando hasta la muerte a todos los animadores. Esto los llevaría a eliminar personajes como el estúpido sobrino del Sr. Whitmore, una bruja farsante o la rata mascota de Milo, al igual que varias escenas de acción donde los protagonistas luchaban contra diversos monstruos en su viaje a Atlantis. Algo que a la larga sería para mejor, ya que les permitió enfocar la atención en la interacción de los personajes y los lazos que iban formando entre ellos.


Arte de Mike Mignola

Arte de Gerald Scarfe


Por más "bonita" que sea la cinta, la ausencia de sombras fue algo que siempre me pareció extraño. Todo lucía demasiado... plano, y bueno, ahora sabemos porque. En algún punto de la producción, los ejecutivos acabaron recortando el presupuesto inicial de la película, sin mayores explicaciones y con muchas disculpas de por medio. De pronto el equipo no solo tuvo que recortar personajes y escenas de acción, sino también elementos tan básicos como el sombreado. Poco a poco la escaza atención que había recibido el proyecto cuando arrancó, fue aumentando con el pasar de los meses. Una de las peticiones que les hicieron en medio del escrutinio, por ejemplo, fue disminuir la violencia. Si había un tiroteo, no podían disparar todos a la vez, debían enfocarse en tan solo uno (curioso que se haya censurado eso y no al personaje de Wilhelmina, que fuma durante casi todo el metraje). Muchos de los conceptos iniciales mutaron, al fin y al cabo estaban haciendo una película de Disney, y el estudio no estaba dispuesto a arriesgar su imagen familiar por nada del mundo.

Otro inconveniente fue la escena introductoria de la película, que mostraba a unos vikingos buscando Atlantis con el libro de Milo. La escena fue eliminada a criterio del propio equipo cuando se dieron cuenta (tarde) de que la escena no terminaba de encajar en el contexto del filme. La misma (que pueden ver debajo) estaba completamente animada y colorizada cuando fue reemplazada por la que finalmente quedaría en la película, aquella que mostraba el hundimiento de Atlantis. Esto significaría una pérdida de 5 millones de dólares. Dicho esto, el equipo aun estaba contando la historia fundamental que los había movilizado desde un inicio, y a pesar de los problemas, Atlantis seguía siendo vastamente diferente a la filmografía animada que los precedía.




Pese a todo, Disney seguía teniendo esperanzas en el proyecto, tanto así que se empezaron a planear atracciones para después del estreno: la primera sería un re-diseño de la atracción submarina de Disneyland (para que ahora represente el viaje a Atlantis), y la segunda, una "Montaña de Fuego", una nueva atracción que se sumaría a la colección de montañas representativas de los parques. Pero los planes no terminaban aquí, también se comenzó a planear una secuela y a animar una serie animada que seguiría la línea de Los Expedientes Secretos X, con Milo y compañía descubriendo nuevos fenómenos sobrenaturales y civilizaciones ocultas en cada episodio. Lamentablemente, esta nota tiene la palabra "fracaso" en el título, así que deben saber que es lo que se viene.

La atracción submarina fue re-diseñada... bajo el concepto de la película de Buscando a Nemo, años después. La "Montaña de Fuego" nunca se construyó, y la serie animada nunca existió, en su lugar, se tomaron los únicos tres episodios que habían sido animados, se parcharon juntos y se hizo una secuela para DVD. Los planes para la secuela oficial fueron desechados, ¿porqué? sencillo: la película fue un fracaso comercial. 

Quizá el estreno casi simultaneo con Tomb Raider pasó factura, quizá la gente no estaba lista para una cinta de animación tradicional de Disney sin los animalitos tiernos y musicales estrambóticos... o quizá, las miradas estaban puestas en otra dirección. Era el fin de "El Renacimiento de Disney" y el inicio del dominio de Pixar. La compañía del ratón pasaría un período gris hasta "La resurrección de Disney" en 2008, gracias a Bolt. Luego de años de fracasos críticos y comerciales (con la excepción de Lilo & Stich), Disney finalmente entendió el mercado de la animación por computadora y comenzó a lucrar con ella hasta el día de hoy. Atlantis, lamentablemente, había llegado en un período de transición. ¿Qué hubiese pasado si la película hubiese sido un éxito? un no-musical, con acción, aventuras y un diseño de personajes diferencial... bueno, hubiese revolucionado el estudio y quizás, le hubiese dado un poco más de vida a la animación tradicional, que fue devastada progresivamente desde el apoteósico estreno de Toy Story en 1995.




El desastre de Atlantis tuvo ramificaciones en el estudio, afectando principalmente a otra película que se encontraba en desarrollo en aquel tiempo y que mantenía similitudes en su tono aventurero y no-musical: El Planeta del Tesoro. Los directores de dicha cinta (Aladdin, La Sirenita, Hércules) soñaban con este proyecto desde hacía muchos años, y finalmente habían conseguido la oportunidad de realizarlo. Pero si bien Atlantis daño las esperanzas de que esta película tuviera éxito, la culpa de su fracaso recaería parcialmente en el propio comportamiento de Disney, a quien se acusa de haber "saboteado" su propia película. Pero ese fracaso, es una historia para otro día.

Los directores de Atlantis son conscientes que el contexto no fue el ideal para su cinta. Agradecen al estudio, pese a todo, pues consideran que intentaron marketear la cinta lo mejor posible, y agradecen a los fans, que han ido en aumento con el pasar de los años. Hoy por hoy, Atlantis: El Imperio Perdido, es considerada por muchos una de las películas más queridas del catalogo de Disney. Tanto así, que en el ultimo año se han encendido los rumores de una adaptación live-action de la misma, un posible soplo de vida para una película que merecía más de lo que recibió en su época, y una oportunidad para finalmente redimir la historia de este viaje a las profundidades del océano.

Fuente: Collider


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