Dreamworks inició como un grupo relativamente pequeño decidido a romper con la formula que a Disney le había funcionado de maravilla a lo largo de su amplia carrera. Arrancando con Hormiguitaz, y siguiendo con el clásico El Principe de Egipto (Una de mis cintas de animación favoritas), la verdadera revelación y rebeldía del estudio se dio con Shrek, una vulgar comedia que se las arreglaba para entretener a niños y a adultos por igual, acabando así con los estándares "infantiles" del mercado que durante mucho tiempo Disney había forjado. Sin embargo, entre secuelas mediocres (Shrek Tercero), títulos originales huecos (Peabody y Sherman) y la muy bien conocida mala suerte (El Origen de los Guardianes), Dreamworks ha ido perdiendo su magia con el pasar de los años, acabando hoy por hoy, con un par de películas salvavidas (Como entrenar a tu Dragón, Kung Fu Panda) y una re-estructuración competa luego de que sus ganancias empezaran a venirse abajo.
