El cine peruano tiene grandes películas, y en los últimos años esto se ha reforzado con propuestas cada vez más originales y certeras: Wiñaypacha, Retablo, La Bronca, Canción sin Nombre, La Revolución y la Tierra, etc. Quien diga que nuestro cine es una lágrima, debe hacer el esfuerzo de ver hacía lo independiente, aunque estas películas tiendan a ser menos publicitadas y a permanecer menos tiempo en cartelera frente a los monstruos de presupuestos elevados. No tengo nada en contra del cine comercial peruano, una industria es necesaria en cualquier país y ciertamente algunas de estas películas terminan sorprendiendo. Por otro lado, aunque puedo reconocer el esfuerzo detrás de una mala producción aislada, cuando una productora genera bodrios sistemáticamente, me es difícil no considerarlo una falta de respeto a la inteligencia del público. Una de las películas más taquilleras del cine peruano es la decepcionante La Foquita: el 10 de la Calle, y como si una pandemia mundial no fuera suficiente, aquel novel director está próximo a estrenar un metraje en el contexto del Coronavirus. Un producto que ha sido realizado con un mínimo de tacto, pensarás, y bueno... a juzgar por los adelantos, no me ilusionaría demasiado. ¿Quién es el director? ¿Los fines caritativos de la obra son suficientes para justificarla? y ¿es este el momento adecuado para producir algo como esto?
"Wilfredo Morales, un hombre cuya hija es bachiller de medicina, es contagiada mientras trabaja en medio de la pandemia del COVID-19, teniendo que enfrentar a un deficiente sistema de salud, empieza una carrera contra el reloj: Wilfredo solo cuenta con 2 horas para hallar un balón de oxígeno y un ventilador mecánico antes de que sea demasiado tarde."
¿Es de mal gusto realizar productos audiovisuales sobre una crisis de salud vigente? depende del enfoque, hay muchos contenidos de corte documentalista que cumplen un rol informativo, y por mas cruda que pueda ser la realidad plasmada, sirve para generar consciencia o enfocar la atención en situaciones/personas especificas. Martin Scorsese hizo un cortometraje de este tipo, por ejemplo, centrado en sus días en cuarentena, sin grandes pretensiones mas que documentar su nueva realidad. De igual forma, si se hace una pieza sobre la pandemia (sea ficción o documental) con el respeto debido a la situación y a sus victimas, bienvenido sea. Mi problema con Hipoxemia es que, si bien los adelantos de la cinta son breves, dejan en claro que esta sensibilidad ha sido dejada en segundo plano.
Las fotos de las personas y los balones de oxigeno usados en el material promocional son reales, las bolsas con cadáveres, también, pero a diferencia de un producto documentalista, estas imágenes de archivo están siendo utilizadas para impulsar una una premisa digna de las últimas películas de Liam Neeson. Quizá el cortometraje resulte ser una maravilla, no lo sabemos, pero el teaser transmite un tono palomero y falto de tacto, llevando el conflicto a una de las zonas mas golpeadas por el virus en nuestro país y peor aún, teniendo como protagonistas a personajes que lucen/son totalmente ajenos a dicho contexto, incluyendo la supuesta presencia de Pedro Alonso (Berlín, en La Casa de Papel). Digo "supuesta participación", porque la información del corto sigue siendo escaza, con un medio llamándola largometraje, otro cortometraje, y con solo uno (al menos de los que pude encontrar) mencionando la participación de dicho actor.
Martín Casapía es el director de este proyecto, y con tan solo 22 años tiene una sorpresiva filmografía compuesta por tres películas. Me parece fantástico que haya tenido las herramientas y oportunidades para poder ejecutar su visión a tan corta edad, pero cuando vemos los resultados de dichas películas, es notorio que un poco más de tiempo para madurar como realizador no le hubiese venido mal: Maligno, A tu lado y La Foquita, son películas que van de la media para abajo, siendo esta última probablemente la peor de todas (bajando a Guerrero y su injustificado blackface del podio de la peor película futbolera de la última década). Hay razones por las cuales muchos directores inician sus carreras orgánicamente en sus tempranos 30's, con la experiencia y estudios (no necesariamente académicos) necesarios para construir una visión cinematográfica única. Sinceramente espero que Martín pueda llegar a eso más pronto que tarde, y que pueda regalarnos películas que complementen su fino trabajo técnico con un guión que este a la altura.
Ahora, yendo al segundo punto: propósito. Según lo expresado por el director, parte de los ingresos serán donados para ayudar a comprar una planta concentradora de oxígeno. ¿Esto cambia la situación? al fin y al cabo, si tengo la tarea de ayudar a una comunidad y tengo que ver la forma mas rentable de hacerlo, probablemente acabe optando por un producto comercial mas que una obra artística independiente que, en un país como Perú, vende poco. Aunque si mi intención fue ayudar desde un inicio, ¿no debería haberlo anunciado antes de las críticas en redes? ¿o fue entonces algo que tuvieron que improvisar sobre la marcha? queda la pregunta en el aire.
Hipoxemia parece un esfuerzo para lucirse, al ser el primer contenido mainstream filmado de manera remota en el país. Un producto cuyo mayor pecado es existir en medio de la crisis. Quizá sea un ejemplo para no limitarnos y empezar a experimentar, pero más allá de eso, el cortometraje no me transmite nada más que una simple curiosidad, ya que así como fui a ver La Bronca, Wiñaypacha o Retablo, fui también a ver La Foquita y Guerrero esperando lo mejor. Esto me deja preocupado por perdida de conexión con la realidad que crece día a día en el cine masivo nacional, pero espero (quizá ilusamente) que la superficialidad de los adelantos sean tan solo una excusa marketera y no un reflejo real del corazón del cortometraje, que ojalá sea bien intencionado y no busque hacer un show de una enfermedad que continua azotando brutalmente a todo el país y el mundo.
Si no estás interesado en ver la cinta, te invito a que puedas ayudar de alguna manera más directa a el Banco de Alimentos Perú, Unicef, Adona u otra organización de tu preferencia.
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