miércoles, 17 de agosto de 2022

Teenage Mutant Ninja Turtles: Un fenómeno que traspasa décadas

María Victoria Rivas Kanelos (@animari.reviews)

A menos que hayan estado viviendo debajo de una roca durante las últimas cuatro décadas, la historia de cuatro tortugas mutantes adolescentes, que además son ninjas y viven en las alcantarillas de Nueva York, debería resultarles familiar. Y como no, si desde su creación ha logrado mantener su popularidad a partir de la reinvención, tanto de su estilo como de sus personajes. Algunas versiones han sido más exitosas que otras, pero la fidelidad de sus fans se ha mantenido a lo largo de todo este tiempo, lo que no deja de resultar curioso. ¿Cómo es que una idea tan ridícula ha podido persistir como parte integral de la cultura pop durante todos estos años?

Usando esta valida pregunta como punto de partida, me resulta fascinante revisitar las producciones que han ido reinterpretando la historia de estos personajes tanto a nivel narrativo como visual. Cada nueva versión no solo refleja el sello personal de las distintas casas productoras, sino también los tópicos que se encontraban más “de moda” en cada una de las décadas que vio nacer una nueva serie de tortugas.

Son justamente estos tópicos la clave para entender el porqué de su éxito masivo, que va más allá de la marca, el contenido o el rating. La principal razón del desarrollo de esta idea a nivel televisivo se reduce a una sola: la venta de juguetes.

¿Quiero ‘funar’ a una de las franquicias más queridas del mundo afirmando que su visión está ligada a un objetivo meramente capitalista? Claro que no. Todos sabemos que la industria nunca ha dejado de orbitar alrededor del dinero, por lo que el merchandising es un motivo tan válido como cualquier otro para realizar una adaptación. Tener en claro la razón, sin embargo, nos permite comprender varios de los aspectos que configuraron la franquicia, y nos pueden dar luces de porqué, a día de hoy, sigue siendo tan icónica.

Es por eso que a propósito del estreno de la película de su más reciente versión televisiva, quisiera hacer un recorrido cronológico de las cuatro series animadas más importantes de la franquicia: Las de 1987, 2003, 2012 y 2018. Si bien hay muchísimo más material, considero a estas cuatro series como un excelente resumen de cómo ha ido evolucionando tanto el concepto del material, como la industria de la animación.

El origen de la "tortumanía"

Antes de adentrarnos de lleno en las series, vale la pena hacer un breve repaso del origen mismo de la franquicia.

Nuestra historia comienza en Dover, una ciudad de New Hampshire, EE. UU. Ahí fue donde Peter Laird y Kevin Eastman se conocieron, descubrieron que compartían su amor por los cómics, se hicieron grandes amigos y decidieron fundar su propio estudio independiente: “Mirage Studios”, por mera diversión.

Fue también por mera diversión que, una noche, a Eastman se le ocurrió dibujar una tortuga con bandana y armas ninja para hacer reír a su compañero. Habiendo logrado su objetivo, Laird dibujó otra, entre risas. Luego decidieron dibujar dos más, diseñaron un logo y, de pronto, empezaron a desarrollar más a estos personajes, sus historias y motivaciones. Todo a modo de parodia, pero con tintes bastante oscuros y violentos.

Entusiasmados, editaron ellos mismos el primer número de su cómic y en 1984 lanzaron una pequeña tirada para ver cómo les iba. Poco después, no solo el primer número estaba agotado, sino que los siguientes se empezaron a vender como pan caliente. La gente realmente quería saber más de esta original historia, y así fue como Eastman y Laird se volvieron una revelación en la industria de los cómics underground, mientras la popularidad de este vengativo grupo de tortugas mutantes crecía como la espuma.

Al menos, en el círculo de los entendidos.

El primer diseño de las tortugas ninja

Como toda historia que involucra una idea rentable, no tardó en aparecer un agente que vio el potencial de esta idea: Mark Freedman, que se encontraba buscando un producto alrededor del cual construir una marca en la industria juguetera. Así fue como se acercó a estos caricaturistas para solicitarles la licencia. Ellos accedieron, algo reticentes. Una vez cerrado el trato, Freedman fue de puerta en puerta buscando el apoyo de las grandes corporaciones de juguetes de aquella época, quienes no solo se las cerraron en la cara sino que le dijeron que su plan era bastante estúpido.

Afortunadamente para él (y nosotros) “Playmates” decidió aceptar y arriesgarse para crear una línea de juguetes de acción. Creían tener un caballo ganador, con tortugas que no son solo mutantes, sino que además son ninjas, adolescentes y provenientes de un cómic sumamente sangriento. ¿Qué podría salir mal con algo así de original?

Ahora, antes de seguir, detengámonos un momento en el contexto de la época.

En 1981 Ronald Reagan era electo presidente y, con él, se estableció una nueva ley que determinaba al mercado (y no al gobierno federal) como regulador de la televisión dirigida hacía los niños. Por lo mismo, si bien la llegada de la televisión significó el surgimiento de series animadas dirigidas únicamente a un público infantil, con esta normativa se hizo más común que aparecieran producciones animadas cuyo único propósito era vender juguetes.

Las tortugas ninja no fueron la excepción. Con una nueva línea de juguetes gestándose, Playmates decidió contratar un estudio de animación que realizara una miniserie para introducir a los personajes y cimentar una base en la cual sostener su historia. Una más “family friendly”, por supuesto.

Es así es como empieza la historia de las series animadas, por lo que, sin más preámbulo, llegó la hora de hablar de la serie del 87.

"Teenage Mutant Ninja Turtles" - 1987

Es en esta serie cuando nos presentan a las cuatro tortugas tal y como las conocemos hoy en día. ¿La razón? Crear un producto rentable.

En el cómic original las cuatro tortugas eran indistinguibles entre sí, tanto en personalidad como en diseño, con la única salvedad de sus armas. Por lo mismo, a partir del material original, decidieron otorgarle un color a cada tortuga, un cinturón con sus iniciales, y una personalidad específica. Los primeros dos puntos fueron importantes a nivel de diseño, ya que así podríamos distinguirlos visualmente.

El tercer punto, no obstante, servía no solo como parte esencial de la serie sino que permitía que, en palabras de Karl Aaronian, “hubiera una tortuga para cada chico”. Los más alegres, los más estrictos, los rebeldes y los nerds. Cada uno estaba representado por una tortuga y podía sentirse identificado por esta, lo cual (siendo justos) es una excelente idea a nivel comercial.

De izquierda a derecha: Michelangelo (el divertido), Leonardo (el líder), Rafael (el rebelde), Donatello (el geek).

Así fue como un cómic underground sobre artes marciales y sed de venganza se convirtió en una colorida serie para niños sobre mutantes que viven en las alcantarillas, pelean contra el mal y comen pizza a destajo.

La canción de la intro, a su vez, se encargó de presentar a estos inusuales héroes no solo a nivel de la letra (la cual es bastante explícita respecto a quienes son y cuál es el rol de cada uno), sino también en cuanto a patrones musicales. La sonoridad, si bien mantiene un ritmo constante y pegajoso, también remarca la idea de la acción a partir de un tempo rápido que produce un efecto de tensión. Es alegre, en mayor medida, pero no abandona el rol heroico (y masculino) que predomina en la serie y posterior franquicia.

Una vez estrenada tanto la serie como la línea de juguetes, la popularidad fue tal que tuvieron que encargar nuevos capítulos casi de inmediato. Cada semana se introducía un nuevo personaje o algún atuendo que se pudiera traducir en una figura de plástico que iría directamente a los estantes. Esto llegó a tal punto que dejó de importar que tanto sentido tenía la aparición de dicho personaje dentro de la trama (como la introducción de los triceratons, una raza de dinosaurios alienígenas). Lo que importaba era que la figura fuera mercadeable.

Considerando esto, el diseño de personajes estuvo más enfocado en hacerlos parecidos a los juguetes a nivel de detalles, en lugar de simplificar los dibujos para que sean más sencillos de animar. Si además consideramos que los capítulos debían salir en lapsos de tiempo bastante cortos, no es de extrañar que hayamos tenido una animación algo pobre y limitada, enfocada en el diseño, mas no en la fluidez.

Con todo esto, la versión del 87 es, sin lugar a dudas, la más querida y recordada de las tortugas ninja. De tono cómico, con una enorme variedad de personajes y una reinvención que tomó el concepto del cómic y lo transformó para llevarlo a un público masivo. En estricto rigor, el mismo cómic nace a partir de una parodia así que tampoco podríamos ponernos muy exigentes en cuanto a la lógica de un universo en el que hicieron coexistir la ciencia ficción y fantasía.

Porque mientras más géneros se abarquen, mayores serán las ganancias.

"TMNT" – 2003

Daremos un salto temporal al 2003.

En este año las tortugas ninja ya habían perdido gran parte del auge que alguna vez tuvieron debido a malas decisiones creativas (una serie live-action en la que introdujeron a una tortuga hembra, por ejemplo), y al menor interés de un público que ya había crecido. Ante esta situación, se decidió optar por la solución más lógica que podría encontrar una enorme corporación juguetera: hacer un reboot animado.

Si la serie de 1987 quería alejarse de la historia del cómic al ser considerada demasiado “violenta y oscura”, en este caso buscaron apegarse lo más posible a este para brindarle a la serie un matiz más serio. El resultado obtuvo un excelente recibimiento por parte de la crítica y de un público que ya no era solo infantil, sino también adulto.

Su rediseño fue más musculoso, ya no tan redondeado, asemejando un cuerpo más adulto que adolescente. Su cinturón no tenía las iniciales, pero era fácil distinguirlos por su bandana, personalidad, o los distintos tonos de piel.

Al ser una nueva versión, en su ‘opening’ decidieron mantener ciertos aspectos visuales que referenciaran a la versión anterior, pero realizaron un cambio en la música. Se asemejan en el uso de ritmos rápidos para presentar la historia y en el contraste tímbrico con sonoridades metálicas que remiten no solo a sus armas sino también a la asociación de lo fuerte, preparándonos para la acción de la serie. Fuera de ello, la canción principal no guarda relación musical con su predecesora (algo que no pasará en las versiones siguientes… pero me estoy adelantando).

Si consideramos las series animadas que se estrenaron en estos años, como Justice League (2001) o Teen Titans (2003), notaremos cierto patrón en el tono. Uno oscuro y en ocasiones algo denso, pero que no pierde el humor o los chistes ocasionales como recurso para alivianar el ambiente (y que siga siendo comercialmente rentable para los niños).

Narrativamente, esta versión se atreve a hacer arcos argumentales elaborados, explorar los lazos afectivos de los protagonistas, construir cierto universo que relacione todos estos elementos, e involucrar escenas de acción mucho más gráficas y violentas.

Por supuesto que los diseños tenían que mantenerse algo más detallados para, así, poder traducirlos a juguetes. Pero también es justo señalar que gran parte de los personajes que en el pasado aparecieron solo para ser vendidos, aquí son agregados en la trama de manera más lógica. Ya no se trata de un mero comercial de media hora, sino que se nota el esfuerzo por parte de las personas involucradas con el objetivo de brindar un producto de buena calidad en todos los niveles.

Debido al éxito de esta versión no es raro que haya durado siete temporadas y una película, además de ser considerada una de las mejores versiones de la franquicia por la gran masa de fans.

Sin embargo, en 2009, esta serie llegó a su fin, dejando un nuevo vacío en el corazón de la fanaticada.

"Teenage Mutant Ninja Turtles" – 2012

Con la serie de 2003 finalizada, parecía que las tortugas ya solo sobrevivían por su nombre. Las ventas disminuyeron y, nuevamente, el interés del público masivo empezó a decaer.
Es en este punto cuando Viacom, asociados con Nickelodeon, compraron la licencia de las tortugas ninja para producir (adivinen) otro reboot animado. Este acuerdo también involucraba a Playmates, quienes rápidamente se subieron al bote para empezar a producir juguetes de la nueva versión.

El objetivo de Nickelodeon era ampliar su catálogo con algo de acción, por lo que consideraron que esta idea podría brindarles una mayor audiencia, considerando no solo al público infantil de la época, sino también a los fans de la serie original que ya eran padres de familia. Por lo mismo, en lo que yo considero una muestra de compromiso para que todo funcionara de manera correcta, contrataron al mismísimo Kevin Eastman (en ese entonces alejado de la franquicia) como consultor.

En esta nueva versión, a diferencia de las dos anteriores, se optó por la animación 3D en lugar de la tradicional. ¿La razón? Quizás para seguir la tendencia de las series de Nickelodeon de aquellos años (como “Los pingüinos de Madagascar” de 2008, “Fanboy y ChumChum” de 2009, o “Planeta Sheen” de 2010). También puede que les resultara más sencillo traducir estos diseños a moldes de plástico, aunque quizá tenga que ver el hecho de que, en ese entonces, era más barato producir una serie por computadora que en un formato tradicional.

Sin importar la razón (o razones), lo cierto es que aprovecharon bastante bien el formato para brindarle mayor solidez al diseño de las tortugas. La reinterpretación de las mismas permite que sea aún más sencillo identificar a cada una, ya no solo por su color de bandana, sino por ciertos detalles que las distinguen entre sí al mismo tiempo que nos brindan información sobre su rol en el grupo.

Rafael tiene la bandana más desgastada y una parte de su caparazón algo rota, dando cuenta de su carácter rudo. Leonardo tiene un diseño más sencillo (más “plano” si cabe, dando cuenta de su rol de un líder responsable y ordenado. Donatello es el más alto y delgado del grupo y tiene diastema en sus dientes frontales, por lo que resulta sencillo identificarlo. Miguelangelo tiene un diseño más redondeado y pecas en sus mejillas, resaltando su carácter más relajado e infantil.

Respecto a su canción introductoria, resulta relevante señalar lo similar que es a la versión original del 87. Si bien el estilo cambia radicalmente, con una base de rap que presenta a nuestros protagonistas y su historia, se distinguen las mismas relaciones armónicas. Esto reforzaría la idea de mantener cierta familiaridad para los viejos fanáticos que ya tienen una conexión emocional con la primera serie, pero también atraer a una nueva generación con un género musical más acorde a la época. Sigue siendo rápida, sigue teniendo matices pesados y sigue manteniendo la sensación de acción.

En este punto también resulta muy revelador notar ciertos aspectos estéticos que dan cuenta de una gran influencia del anime. Si en la serie de 2003 tenemos una breve referencia a Akira en su canción introductoria (por dar un ejemplo), en la de 2012 se hace mucho uso de diferentes frames cómicos y recursos que sirven para aliviar ambientes cargados de tensión. La estética cercana a los cómics norteamericanos se aprecia más en la intro y en las ilustraciones al final de los episodios, mientras que estos recursos de animación japonesa son muy comunes a lo largo de la serie.

Aunque ya había registros de mangas y animes dedicados a las tortugas, en este caso tenemos una influencia estilística en una serie cuya propuesta visual dista muchísimo del anime.


En cuanto a la historia, adapta no solo a los personajes sino también diferentes acontecimientos de la franquicia. En ese sentido sigue una línea muy similar a la de 2003, pues incluso si no hay referencia directa a la misma, se busca desarrollar a los personajes de manera más profunda y mantener cierta coherencia narrativa a medida que vamos avanzando en la trama.

Luego de unas exitosas cinco temporadas en las cuales se exploraron antiguos y nuevos elementos dentro del extenso material de la franquicia, en 2017 Nickelodeon decidió cancelar la serie. La razón nunca estuvo del todo clara, pero se asumió que fue para realizar otro reboot animado. Uno más moderno que volviera a capturar la atención del público joven.

"Rise of the Teenage Mutant Ninja Turtles" – 2018

Llegamos a la última y, quizás, más polémica versión de las tortugas ninja hasta la fecha.  
Si a lo largo de las series anteriores las tortugas se habían rediseñado para hacerlas más distinguibles entre sí, en esta versión el cambio es verdaderamente radical. En principio se mantienen los colores, pero cada tortuga es de una especie diferente, por lo que anatómicamente son completamente distintas entre sí.

Miguelangelo es una tortuga de caja, Rafael una tortuga caimán, Leonardo una tortuga de orejas rojas, y Donatello una tortuga de caparazón blando.

El opening es el de menor duración de la tanda y se nos dice poco acerca de los personajes, pero mucho respecto al tono de la serie: Acción pura y dura. El ritmo tanto a nivel musical como visual es brutal, con paletas de colores neón, una cámara dinámica que nunca se queda quieta, gran expresividad facial, y breves imágenes de los villanos de turno. Nuevamente se retoman los acordes de la versión original, pero esta vez remarcando aún más el contraste tímbrico con sonoridades metálicas, combinándolo con una base más electrónica (dando cuenta de los estilos musicales actuales).

El diseño más simplificado de las tortugas permitió una mayor fluidez y experimentación audiovisual. A diferencia de sus predecesoras, esta es quizás la más interesante a nivel estético, llegando a un peak de calidad pocas veces visto en producciones de televisión.
La animación 2D combina tanto escenas de acción como momentos de animación detenida. E incluso si no es tan explícita como en la versión anterior, la influencia del anime se mantiene e incluso se integra a la estética misma de la serie (y sobretodo de las peleas, algunas de las cuales referencian a icónicas escenas de animación nipona). 

Si la versión de 2012 homologaba a su directa predecesora al equilibrar lo serio con lo cómico, en esta versión se opta por un tono meramente cómico. Siguiendo con los tópicos narrativos comunes en las series actuales, con episodios anecdóticos en los que aprendemos a conocer a los personajes principales a la vez que nos introducen a los compañeros o antagonistas de turno. Más adelante, al ir avanzando, notaremos que hay una trama más densa por debajo de la liviandad inicial, la cual se irá desarrollando poco a poco con pequeñas revelaciones.

Lamentablemente, incluso si a nivel audiovisual es un producto de excelente calidad, esta serie sufrió el rechazo masivo por parte de los fans más acérrimos de la franquicia. Esto debido a que el diseño no fue el único cambio radical de esta versión: La base misma de la historia fue modificada. El origen de las tortugas, la creación del mutágeno, la historia de Splinter (maestro y padre), el hecho de que Leonardo ya no era el líder, un tono demasiado liviano, y un largo etcétera de quejas que aún hoy pueden verse en las redes sociales oficiales de la franquicia.

A lo anterior se suma un detalle bastante más grave: el diseño de estas tortugas era demasiado complejo para reproducir a juguetes. Si comparamos los diseños de la serie con sus figuras de acción notaremos un gran bajón de calidad, lo que no favoreció a sus ventas. Y para una franquicia que basa su existencia en eso, desgraciadamente la sombra de la cancelación llegó mucho antes de que pudieran alcanzar todo su potencial.

Y ahora... ¿Qué sigue?

Durante el espantoso año 2020 su servidora se encontraba buscando una serie para poder olvidar por unos momentos la horrible situación que estábamos viviendo. Fue así que, de casualidad, llegué a “Rise”, así que decidí darle una oportunidad.

Esa fue mi introducción a la franquicia.

No me cabe duda de que a muchos les ocurrió lo mismo en diferentes años, en diferentes contextos, y cada quien con alguna versión en particular. De más está decir que me entusiasmó muchísimo este mundo, al punto de decidir revisar todas sus versiones para comprender mejor el origen del fenómeno.

Y es que me resulta increíble que una idea tan estúpida, como fue catalogada en su momento, sea tan querida y haya sido fuente de tantas reinterpretaciones. Una franquicia con un mundo tan amplio, tan lleno de aristas y posibilidades, que permite su constante reactualización.

Como hemos podido ver, solo con estas cuatro versiones tenemos un ejemplo de cómo ha ido evolucionando la idea, el público, la industria y aquellos tópicos más relevantes dentro de la animación de cada época. Es por ello que revisitarlas de manera cronológica resulta tan interesante.

Todas nacen y se desarrollan con el objetivo de vender, pero en cada una se nota que los esfuerzos para lograrlo y la manera de trabajar la historia es muy diferente. Cada serie tiene su propio sello, tanto personal como de época, y quizás esa es una de las tantas razones por las cuales las tortugas seguirán siendo relevantes en el futuro próximo.

Eso, y la pasión de cada uno de los involucrados para que esta idea pueda seguir funcionando en las siguientes generaciones.

Así que vayan a ver la película de “Rise of the Teenage Mutant Ninja Turtles”, ya disponible en Netflix. Busquen la serie de 2012, revisen el crossover de la serie de 2003, revisiten el opening de la serie de 1987 y, finalmente, denle una oportunidad a este grupo de tortugas, por favor. Ya sea con ojos de fan o de crítico, les aseguro que se llevarán más de una buena sorpresas.

Referencias:

Teenage Mutant Ninja Turtles. The Toys That Made Us” (season 3, episode 1). 2019
Agradecimientos a Álvaro Bravo (@alvarob_24) por sus acertados comentarios y reflexiones sobre el aspecto musical de cada uno de los openings.

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